
Cuando me mirás con tus ojos soñadores, siento que me fotografías con tus pupilas profundas, captando sólo lo mejor de mí, la mejor y menor parte.
Cuando sonreís, me hacés creer en un mundo mejor, porque vos sos mi mundo, y tu sonrisa es lo mejor de vos.
Cuando me abrazas... ésto sí que se complica. No se me ocurren metáforas para tu abrazo. Es que... de repente soy vulnerable y más humana. Tus pequeños brazos me hacen sentir tan contenida, tan acompañada, que olvido en esos momentos el monstruo que siempre siento ser.
Tu voz... tu voz que suena serena si me escucha, tu voz dulce que me inyecta seguridad, me hace creer que soy una mujer a la que es posible querer. Tu voz me dice que vos me querés. No tus palabras, tu voz, su tono.
Es raro estar contándote esto. Sobre todo porque, hace un tiempo atrás, me esforzaba terriblemente por disimularlo. No quería exponerme, ni ilusionarte.
Y sin embargo hoy todo lo que quiero es regalarte los mejores momentos, las mejores risas, los mejores besos... y caminar juntos, atravesándonos
No hay comentarios:
Publicar un comentario